1.
En el centro del cementerio, un árbol sobre una tumba. Tiene más de 25 metros; lo midió un helicóptero, dicen.
- ¡Qué grande el árbol, papá!
- Era buen abono el viejo.
Miran la loza destruída, ahora igual a un volcán. P. nacido en 1880, muerto en 1904. Hermano, hijo, amigo. Que Dios lo tenga en su santa gloria.
Muerto en medio de la estación de más calor. Se le echa de menos.
2.
Tambien en el cementerio, un hoyo en la tierra. De ese hoyo, no muy profundo, sale un chorro de agua que forma un canal en medio de los patios 3 y 4.
- ¿Otro pozo más?
- Sí. Dicen que el terreno se esta hundiendo de a poquito.
- A este paso van a tener que echar a los muertos con snorkel.
En medio de la estacion de mas calor hay agua, pero a nadie le hace falta.
[copia de Enrique Lihn:
...
Mírese bien, es Ud. ese hombre
que remienda su única camisa
llorando secamente en la penumbra.
Viene de la estación, se ha ido alguien,
pero no era el amor, sólo una enferma
de cierta edad, sin hijos, decidida a olvidarlo
en el momento mismo de ponerse en marcha.
Ud. se pone en su lugar. No sufre.
¿Eso era el amor? Y bien, sí, era eso.
Tranquilo. Una mujer de cierta edad. Tranquilo
Mírela bien. ¿Quién era? Ya no la reconoce,
es ella, la que odia sus calcetines rotos,
la que le exige y le rechaza un hijo,
la que fInge dormir cuando Ud. Ilega a casa,
la que le espanta el sueño para pedirle cuentas,
la que se ríe de sus libros viejos,
la que le sirve un plato vacío, con sarcasmo,
la que amenaza con entrar de monja,
la que se eclipsa al fin entre la muchedumbre.]
3.
Dos gatos en ese restaurante con olor a sudor, como si en lugar de té en las bolsitas de papel hubieran uñas y pelos. Las niñas a las que aprieta la guatita estar así tan alto en el balcón los miran ¿Pero qué guatitas? Son todas guatas sueltas de provincianas en altura, estiradas desde el ombligo en cada arco de la espalda, dentro de cada palabra sumergida como bolsita de té en el agua hirviendo. Los gatos ahí, de colores, las miran de vuelta. El gato rosa le dice al gato verde ‘miau’ y dibuja un ‘soy yo’ con los labios. El gato verde se ríe de la forma en que cualquier gato lo hace.
4.
El teléfono suena del otro lado de la calle ¿Es que siempre funciona todo en este pueblo de mierda? Tiene luz amarilla. Levanto el auricular. Una respiración obstruída de una punta a otra del cable.
- Ya voy -digo.
Y cuelgo.
5.
[citando a Jose:
preferimos estar desdichadas porque la felicidad nos parece superficial, y de muy mal gusto.]
- Tu vida aborda una temática habitual en las manifestaciones artístico-culturales en Chile: la crisis del guacho.
- Ya para ¿Quieres?
6.
Yo siempre pienso que papito dios debería de haberme hecho rucia.
7.
[copia de Bolaño:
B sueña con el desierto, con la cara de X: no tarda en darse cuenta de que son lo mismo. No tarda tampoco en darse cuenta de que está perdido en el desierto.]
B sueña con un oasis, con la cara de X: no tarda en darse cuenta que aquello con lo que sueña no es un oasis, sino un desierto al que él se ha empeñado en añadir palmeras y agua.
8.
[copia de Alejandra Pizarnik:
De música la lluvia
De silencio los años
Que pasan una noche
Mi cuerpo nunca más
Podrá recordarse.]
En el centro del cementerio, un árbol sobre una tumba. Tiene más de 25 metros; lo midió un helicóptero, dicen.
- ¡Qué grande el árbol, papá!
- Era buen abono el viejo.
Miran la loza destruída, ahora igual a un volcán. P. nacido en 1880, muerto en 1904. Hermano, hijo, amigo. Que Dios lo tenga en su santa gloria.
Muerto en medio de la estación de más calor. Se le echa de menos.
2.
Tambien en el cementerio, un hoyo en la tierra. De ese hoyo, no muy profundo, sale un chorro de agua que forma un canal en medio de los patios 3 y 4.
- ¿Otro pozo más?
- Sí. Dicen que el terreno se esta hundiendo de a poquito.
- A este paso van a tener que echar a los muertos con snorkel.
En medio de la estacion de mas calor hay agua, pero a nadie le hace falta.
[copia de Enrique Lihn:
...
Mírese bien, es Ud. ese hombre
que remienda su única camisa
llorando secamente en la penumbra.
Viene de la estación, se ha ido alguien,
pero no era el amor, sólo una enferma
de cierta edad, sin hijos, decidida a olvidarlo
en el momento mismo de ponerse en marcha.
Ud. se pone en su lugar. No sufre.
¿Eso era el amor? Y bien, sí, era eso.
Tranquilo. Una mujer de cierta edad. Tranquilo
Mírela bien. ¿Quién era? Ya no la reconoce,
es ella, la que odia sus calcetines rotos,
la que le exige y le rechaza un hijo,
la que fInge dormir cuando Ud. Ilega a casa,
la que le espanta el sueño para pedirle cuentas,
la que se ríe de sus libros viejos,
la que le sirve un plato vacío, con sarcasmo,
la que amenaza con entrar de monja,
la que se eclipsa al fin entre la muchedumbre.]
3.
Dos gatos en ese restaurante con olor a sudor, como si en lugar de té en las bolsitas de papel hubieran uñas y pelos. Las niñas a las que aprieta la guatita estar así tan alto en el balcón los miran ¿Pero qué guatitas? Son todas guatas sueltas de provincianas en altura, estiradas desde el ombligo en cada arco de la espalda, dentro de cada palabra sumergida como bolsita de té en el agua hirviendo. Los gatos ahí, de colores, las miran de vuelta. El gato rosa le dice al gato verde ‘miau’ y dibuja un ‘soy yo’ con los labios. El gato verde se ríe de la forma en que cualquier gato lo hace.
4.
El teléfono suena del otro lado de la calle ¿Es que siempre funciona todo en este pueblo de mierda? Tiene luz amarilla. Levanto el auricular. Una respiración obstruída de una punta a otra del cable.
- Ya voy -digo.
Y cuelgo.
5.
[citando a Jose:
preferimos estar desdichadas porque la felicidad nos parece superficial, y de muy mal gusto.]
- Tu vida aborda una temática habitual en las manifestaciones artístico-culturales en Chile: la crisis del guacho.
- Ya para ¿Quieres?
6.
Yo siempre pienso que papito dios debería de haberme hecho rucia.
7.
[copia de Bolaño:
B sueña con el desierto, con la cara de X: no tarda en darse cuenta de que son lo mismo. No tarda tampoco en darse cuenta de que está perdido en el desierto.]
B sueña con un oasis, con la cara de X: no tarda en darse cuenta que aquello con lo que sueña no es un oasis, sino un desierto al que él se ha empeñado en añadir palmeras y agua.
8.
[copia de Alejandra Pizarnik:
De música la lluvia
De silencio los años
Que pasan una noche
Mi cuerpo nunca más
Podrá recordarse.]
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