domingo, 17 de enero de 2010

iv. Folio 5 - Artaud

Ayer leí la carta de Artaud. Tenía esa melancolía de las cosas que son demasiado bonitas o demasiado perfectas. Nos escribí un poema al respecto como quien se entrega una carta secreta. Nos calenté agua, nos corté unas rebanadas de limón, nos hice té. Nos corté un pedazo de pastel y nos serví la once, convencida de desentrañar en eso el misterio de mis poemas rotos. No con esa acepción: me refería a que estaban quebrados. Pensé en que las películas me habían hecho daño, pues era obvio que algunas cosas corrientes están destinadas a no ser más que eso. Cosas corrientes, carentes de todo sentido otro: si todo fuera especial explotaríamos sin remedio. Nos sentamos uno frente al otro a la mesa con nuestras tazas. Como todos los días desde hace un tiempo, la lámpara demasiado baja endureció nuestras facciones, empalideció nuestras pieles. Tu alma atormentada y deforme no pudo contener a la mía, idéntica. Tu alma torcida como la mía, que de tan cerca quema. Ninguno dijo nada. Anda tú a decirle a una serpiente donde poner sus deseos de muerte. Artaud decía adios, cariño inconmensurable, decía para siempre. Decía que todo de ser tan increíble lo estaba extinguiendo como si un fuego ajeno se lo estuviera comiendo vivo. La taza ardía entre mis manos y las tuyas. El vapor te hacía ver la cara más alegre, como si me escondieras algo. Tu sonrisa me hizo pensar en que eras de mi gusto, más que todos los libros que me hayan regalado. Nos convertimos a la vez en un par de gatos de cama y de agua tibia, pensé, y acaricié con súbito cariño la oreja de cerámica entre mis dedos y tus ojos.

iv. Folio 4 - (Viernes 25 a domingo 27 de septiembre)

1.

Tuve hoy la reinterpretación de un recuerdo. Lo digo así porque fue como un sueño, de esos que dan cuando estás mirando el mar o una gotera, o los lengüetazos de un gato. En este caso fue mi reflejo en la ventana del metro que a su vez era el reflejo de una completa desconocida flotando frente al túnel. La completa desconocida llevaba entonces una chaqueta, y un pañuelo, y el pelo revoltoso, pero pasaba que no conseguía del todo ser yo. La completa desconocida parada en el centro de una ciudad desarmada por un holocausto nuclear y la boca le sangraba de manera cosmética. De pie junto a un poste delgadísimo del que colgaban pieles humanas estampadas de flores, una peluca de nube y un olor a muerte súbita. En esa parte preferí no acordarme del recuerdo por mi propio bien.


2.

Hoy, para variar, me he ido sintiéndome menos que nada. Destruidas, para colmo de males, todas las cosas que dije o hice antes de volverme tan amargada. Que no me pida que sea sensata,porque no hay cosas peores que ser invisiblemente leal como una pared de ladrillo. Aunque llegara a pensar que en efecto es una irracionalidad, que no me pida, que no me diga o crea como debo o no debo sentirme. Yo me acuerdo de mis días dorados como quién se saca el atuendo para lanzarse al agua. Cómo odio que no tengan cuidado de mí, que estoy quebrada. Cómo odio.

iv. Folio 3 - (Miércoles 23 de septiembre)

1.
Decidí hacer una tortilla para que comas de regreso del archivo. A la receta le pondré cosas mías, pero igual la anoto aquí para que se me quede metida en la buena voluntad. Se me figura que mi letra chiquita es como la boca juntita: escribo apretado porque soy la más taimada del mundo.


2.

Me da pena andar en Metro sin ti. Antes el paradigma del Metro era un beso que alguna vez di en el piso de un vagón. Ahora me da sensación de solo, no me gustan las estaciones sobre tierra. Estaciones en las que, cuando ando sola, nadie pelea la ventana ni reclama el paisaje de líneas. Me vuelvo a casa sola, te echo de menos como si nunca te hubiera visto. Hacerte desaparecer en el reflejo de la ventana entre tanta necesidad de abrazo tuyo: improbable.

iv. Folio 2 - El mediodía (martes 22 de septiembre)

1.
Estoy en un taxi todo lo nerviosa que puedo estar. Nerviosa absurda, porque no es nada mío lo que me causa el nervio. Pienso en que los taxis me siguen siendo extraordinarios y que no importa lo mucho que haya trabajado o estudiado, sigo siendo una huasa. Cuando mamá viene a Santiago anda con nosotros de arriba a abajo en taxi, como si nosotros fuéramos las visitas. Pienso que lo hace porque ella fue feliz en los taxis que tomamos hace años, con papá del brazo, para ir del centro a la casa como Dios manda. No importa si tomo el taxi en Santiago o en Estocolmo, me acuerdo siempre de las oncesitas de sandwiches en miniatura y de nosotros montados en auto de vuelta a casa a fin de mes. En realidad no sé si así sea, no he viajado nunca a ninguna parte, pero me resulta romántico creerlo así. De mis papás lo único que me queda son los recuerdos. Me quedo nerviosa pensando en que las manos se me van a atrofiar de tanto gastarse en absurdos de cuaderno minúsculo. Me quedo pensando en que estás en mi casa y voy a verte hoy,en que te sientas en mi balcón y tomas sol un rato, y sonríes, y la luz y el calor se te quedan pegados a tu cara alegre. A tu cabezapajarito del color más cálido que yo haya visto.


2.

Es bueno que esta libreta tenga un pajarito. Gracias Brava por favor concedido. Es de bolsillo y tiene un pajarito pechirrojo de patitas ágiles. Yo siempre te reconozco venir por como andas, por como parece que tuvieras el corazón distinto al del resto de la gente. Pienso en que escribes por Internet y yo voy en taxi, lejos de decirte que sí, que vengas a almorzar conmigo, que quiero que vengas a matarme las ganas de abrazo, que quiero morderte la rodilla y que me tires un mechón de pelo ahora corto y te rías. Aguanto comerme en soledad los recuerdos y las ansias en este taxi. Espero que en casa encuentres las lengüitas de gato y te hagas un arroz, una carne y una ensalada de lo que haya.


3.

El gato Cascarrabias fue empanada, fue fugitivo. Fue de muchos colores y ojos fijos, duros como piedrecitas. Cuando pasaste en la noche, fue yo escondida entre la maleza del antejardín. Cuando pasé yo, fue tú dormido sobre el capó del auto más viejo de la avenida. Menos mal que Cascarrabias pasó septiembre, o definitivamente nos veríamos mucho menos durante la semana.