miércoles, 30 de diciembre de 2009

iv. Folio 1 - Cumpleaños

Gracias Brava por favor concedido.




1.
Acaban de terminar las fiestas patrias. Acordé una lista semiperfecta para ese día en particular. En realidad son dos listas: una de cosas y una de amigos. En la primera, los regalos. En la segunda, gente a la que pediré venir. Venir, ir, lo mismo, ¿verdad?. Me asusta el clima. ¿Y si en tu cumpleaños se pone a llover? Si eso pasa los meto a todos en una frazada y nos traigo a casa. Tendrían que llovernos payasos para matar el cumpleaños, querido, pero eso no va a pasar nunca. Lo que espero que pase es que te rías como en la foto para sacarte una foto nueva pero que esta vez sea de tu fiesta.


2.
Hice dos listas.

*Lista de amigos:
F., D., R., H., M., K., S., P., J., N., L.

(Y yo, pero no me pongo en la lista porque soy intermitentemente tú).

Si te fijas no hacemos ninguna palabra de ellos, a menos claro que DR. HJMKLNSPF sea un alguien muy capaz y preparado.

La otra es una lista de cosas.

*Lista de cosas:
Una botella de vino, un poco de queso amarillo, un poco de aceite para el queso y el vino, un poco de aceite para tus pies, un libro de regaloperfecto, un pastel de algo, una frazada de picnic, una canasta de picnic, un vestido, un par de medias de color, zapatos.

(Enumerar cosas se me da muy bien).

Quieres poca gente y quiero pocas cosas, estamos a mano. Quieres escaparte del circo, de los payasos, y yo quiero escaparme de los trapecistas, estamos a mano. Se me acabó la celebración y desde ayer no puedo pensar en otra cosa. Ojalá te rías mucho: sonrisas y fotografías. Ayer venía a casa pensando en esa foto y en tu cara dentro de la canasta de picnic, perfecta. Perfectas ambas, cara y canasta.


3.
Escribí lo que debe estar entre lo más meloso que haya oído, pero no me molesta. Es una suerte de poema que, ya que nadie lee este diario, acepto por una sola vez en lugar de lamentos. Es mejor anotar a la rápida suspiros en la mano. Anoche me puse tu polera en lugar de pijama, y toqué mi hombro derecho apenas con un dedo, y lo empujé burlonamente como si fuera tuyo. Y así la espalda, y así el estómago, la nariz. En la mañana sentada en el baño tu olor en mi hombro, suspiro, bostezo. Mi mano atrapa el aire precariamente contenido en ese ejercicio. En la mañana afecto raro de sentirme tú un rato, de esconderme en tu piel huraña, rara e invisible.


4.
Fiesta de cumpleaños

Tengo pensada una fiesta de cumpleaños y te escapas.
Le pongo papas, vino, un poco de música a mi gusto,
subes rápido al cerro, me sacas la lengua a la carrera.
Le pongo una hora, un lugar, un regalo en papel dorado,
te acuestas sobre la selva de explicaciones planeadas.
Le pongo mis ojos cansados a tu cara medio escondida
en el ruido de perdones a lo lejos con tu risa más atrás.


5.
Estoy acostada de panza aquí, dentro de tu polera, e imagino que estás allá, dentro de otra polera, con la cabeza en otras personas que no son yo. Pensando en otras largas lista que asustan. Ojalá sean listas, si no lo son me largaría a llorar como nunca. Mejor me duermo: mejor sería dormir cada vez que el miedo le esté apretando alguna cosa adentro a una. Mejor me duermo. Adios.


iv. El cuaderno de los lamentos

El cuarto cuaderno lleva como título De los lamentos. No habrá mucho que decir al respecto. Eso sí, el título tiene por objeto evidenciar una puesta en crisis que va más allá de tener penas de llanto y que puede trascender al lamento como queja. En este caso, el lamento además puede coincidir con la petición desesperada de algo, sea esto bueno o malo. Es, en términos puros, un diario de vida común y corriente.

Este, a diferencia de todos sus antecesores, es un diario en mayor medida epistolar: cargado de cartas que nunca llegaron a mandarse. Es muy posible que las cartas suplanten a las relaciones reales, convirtiéndose en conversaciones imaginarias en las cuales las personas se transforman dolorosamente en meros personajes. Si bien la presencia de cartas es llamativa, en este cuaderno siguen estando presentes como género el cuento y la poesía: al final cualquier formato vale para lamentarse, pues es el tono del lamento el que finalmente resignifica las palabras.

iii. Folio 15 - Santiago IV

(en proceso)

iii. Folio 14 - Valdivia

iii. Folio 13 - Laguna Verde

iii. Folio 12 - Valparaíso (el segundo)

viernes, 20 de noviembre de 2009

iii. Folio 11 - Santiago III

i.
Es la micro
frente a mí viene un señor
que es igual, pero igual
al poeta Bertoni

Y la poesía se le sale por todas partes.


ii.
Es un recuerdo.
Tu respiración se siente
igual a caerse de cabeza
duele como si rompiera
como si desarmara algo

Ojalá pudiera hacerla algo mejor
que un montón de papel y palabras.


iii. (Maleta de viaje)
Recuerda llevar los libros
esos que se leen en voz alta
y las poleras que alegran las caras
pero también tu risa.
Hay que meter dos pares de todo
planchados unos, otros enrollados
poner en el fondo papel de regalo
para que el vacío se vea alegrón.

Hay que cruzar los dedos para pan
y también para encontrar algo de tomar.


iv. (Piropo para bigotes)
Quién fuera azúcar flor
quien fuera mayonesa de italiano
o pasta de dientes Colgate plus
o saliva mañanera más que sea.

v. (Boca estirada)
Quién fuera llaves o documentos
esa cosa que nunca encuentras
que te estira la boca como si con ella
fueras a encontrar lo que se te pierde

Boca, no eres radar más que de mí misma.

martes, 17 de noviembre de 2009

iii. Folio 10 - Tongoy (recuerdo)


Allá en la playa, en Tongoy, les conté a mis primas una historia de niñas. Un cuento de esos que se pueden decir de memoria cualquier día, sin preocuparse de lastimar a alguien en el intento. Ellas querían leer mis cuentos, pero son niñas apenas. Queremos leer tus cuentos, dijeron, pero les leí uno y no lo entendieron. Demasiado jóvenes, más que probable. El segundo les dio una pena inexplicable, el tercero un escalofrío y se callaron. Entendieron que yo era un personaje, y tenía pena. Al final les escribí una historia de niños que nos hizo sentir mejor a todos: una historia en la cual yo aún era niña y mi mundo estaba tan vacío como para no comprender más allá de un escalofrío los vacíos insoportables.

Había en la ciudad una niña llamada R. Había en ese lugar esa R que quería escaparse al mar como fuera, en el caballo de alguien o colgada de un diente de león volador. R tomó sus cosas, el vestido de puntos y los dos pinches de flor, y las puso en su maletita de terciopelo rojo. Puso dentro de la calceta un pie, luego el otro. Listos los soquetes de la buena suerte dio un paso, una pausa, un paso. Cuatro-ventana, y en todo el viaje no paró de mirar fascinada cómo era que la gente se escapaba. Una galleta con chips de chocolate, un sorbo de jugo. Una galleta tras otra y una constelación de migas sobre las rodillas. Vio primero las lineas verdes que hacían las hojitas quietas en el vidrio que se movía más rápido que un pájaro. Luego un triángulo minúsculo de cielo entre los cerros imponentes. El mar se movía tan rápido, saltaba tras las dunas como un niño que persigue a sus papás en un paseo. Cuando en un momento se perdió de vista por completo, R echó de menos al mar por primera vez. Cuando se mira al mar por primera vez es que se empieza a perderlo. R sintió nostalgia de todas esas veces que, en la ciudad, deseó meter la cabeza al agua y hablar con los peces a los que conocía únicamente de los libros. Sintió nostalgia de las veces que, al regresar, querría meterse al agua hasta ahogarse y no podría porque ni toda el agua de la ciudad le alcanzaría para eso. Extrañó sin saber todas las veces en que querría comer palmeras y la ciudad le daría indefectiblemente McCombos. Echó de menos esa angélica ignorancia de la gente que nunca ha salido de su casa y que, por tanto, no tiene nada que perder porque nunca se ha ganado nada.

iii. Folio 9 - Santiago II

i.
Mi corazón le sirve tanto a ese niño
pero yo no quiero que me lo regalen
tenerlo así de entero, aunque parchado
me costó los dedos, tres dientes, golpes,
moretones de noches en vela, silencios.

Le sirve y no quiero dárselo porque
después de tanto ya ni late ni duele
lo único que hace es entintar mis manos
manchas como sonámbulos negros, desolados
historias de tinta con olor a malos cuentos.

Mi corazón le sirve a ese niño tanto tanto
pero yo no quiero que regalen lo que es mío
a ratos le dará pena de llanto sin saber, amargo
alegrías breves como de monstruo avergonzado
antes sería mejor que se muriera de una vez.


1.
Cuando estemos juntos
y nuestra tarde se te haga
insoportable, tan eterna
puedes tomar de mi espalda
la cuerda que nos ata
y cortarla de un mordisco
con el hambre que tienes a ratos
guardada en besos que dan susto.


2.
Darte un beso se siente
como caerse del sextopiso
un beso, la cabezarota en dos
otro, el par de piernasmuertas.

Cada beso tuyo un huesoroto
yo toda quebrada, tú matón.

lunes, 9 de noviembre de 2009

iii. Folio 8 - Santiago I

1.
Puedes irte como llegaste, oye
yo nunca te diré que no
yo nunca voy a gritarte
cuando estemos juntos
y la tarde amarga
se haga tan tan larga.

Puedes tomar tu chaqueta
meter tus cosas a la bolsa
salir corriendo tras el bus
de la esquina que sea en Santiago
ir caminando a donde fuere, pero
tiene buena frecuencia.

Puedes irte a pie a casa y
pasar por un churrasco
tomate-palta-mayo
pasar por un completo
palta-mayo-chucrut
Pasar por un amigo o dos

Ninguna de esas me importa
ni va a importarme en tu cara
déjame estar un rato así,
déjame estar un rato llena del tú
que inventé cuando te moriste
ayer de pena entre mis manos.


2. (Escena de una parada)
Sus brazos la rodean
sus brazos la rodean firme
mientras él habla despacio
su cara es la de quién sufrió y sufre
sus ojos no pueden encontrarse
ni siquiera a ellos mismos en la noche
en el infinito de su camisa a cuadros.
Él no encuentra las palabras para explicar
lo que ella prefiere no oir
pero se las ingenia con el hombro
con las manos, con los brazos rotos
para que ella escuche todo
aunque las palabras le acuchillen los oídos.


3.
Cómo me voy a poner celosa
si te hace tan feliz
y por qué me darían celos
si ella está ahí tan lejos, tan plana
tan del otro lado de la TV.

No me podrían dar celos
aunque ella tuviera otra vez veinte años
aunque revisara tu tarea de castellano
aunque bailara en la tómbola porno
otra vez en cadena nacional.

Pero no me busques los enojos
puedo hacer que desees que ella no haya encendido nunca.


4.
Y la nena / mientras trataba de escribir un poema / descubrió que con poco esfuerzo / con poca virutilla / podía hacer de sus dedos crayones / podía hacer de sus manos pinceles / para nubes y árboles de color rosa.

lunes, 26 de octubre de 2009

iii. Folio 7 - Los Molles

1.
El rechinar de las guitarras
el castañeteo de mis dientes
el roce de los extraños, tus dedos
el índice sobre tus costillas

no debí haber venido nunca.


1.a
You got spend some time, love
you got spend some time with me

I will possess your heart


2.
Lo único que quería
era escupir tu rabia sobre la mía
lo único que quería
era estar así de cerca
y lamer

Jamás debí venir
así de sola y así de muerta


3.
Cuando uno empieza a amar a la gente es que empieza a perderla / empieza a perder, por ejemplo / el temor a decir cosas terribles y falsas / el miedo / a ganar ansiedad porque los encuentros inesperados / se repitan al azar.


4.
Lo único que quería
era escribir tu rabia junto a la mía
y me salió la letra fea
la boca llena de tiza
y las palabras desconectadas en letras
inconexas, indecentes, raras.

Yo lo único que esperaba
era que escupiéramos juntos la tarde
enrrabiada y rosa
para así en algún punto de ella
encontrarnos como de casualidad.

Lo único que esperaba era poder pisar el freno
y mirar como es que nadan las personas entre sí
en una piscina más profunda que un acantilado
entre sí, hacia sí, hacia sí.

iii. Folio 6 - Valparaíso (el primero)

1.

a L.

No me importa / No importa que se te salga toda ella / por todos lados /Más me importa que salga por tu boca / y que salga toda / en forma de historias / para que te deje en paz la lengua / de una vez por todas.


2.
a N.
Es obvio que te gustara toda
mi música con alma de negra en baile
caliente

En el desierto de juguetes de consuelo
tú, la película que me rehusé a ver hasta el final.


3.
Yo lloré a uno
sin decir nunca
que quería llorarlos a todos juntos en él.

martes, 4 de agosto de 2009

III. Folio 5 - Santiago (de paso)

1.
Ella dice que cuando se levanta no hace nada
ni barre, ni comida al gato le da
sólo se cae en la cama de vuelta y tiembla
se ríe con vértigo que hace de la panza
una bolita dura y muy pesada

2.
Perdón que no vaya a tu casa
que no lave tus platos
que no me ría de tus chistes
que no escuche tu música
y revise tus discos y los celebre

perdona todo eso -amigo-
pero es que me quebró en pedazos
y tengo pánico de volver a saltar

3.
ene / inserta el disco / ene / insertar disco en S / esperar.
ene / inserta el disco / parte en dos a S / espera el grito / S no grita / S nunca grita en una instalación / S tiene problemas de expresividad de información / ene no lo sabe / S nunca grita frente a los discos infectados / no frente a ene / esperar.
ene / inserta el disco / pierde el disco un rato / el ejecutable se distrajo, quizás / S aprieta los labios / ene muerde a S / inserta el disco / S grita / concluye la instalación.

III. Folio 4 - Santiago (lo que hay bajo la toalla sólo Bertoni lo ha visto)


III. Folio 3 - Lota (el mar)

1.
La sombra se parecía a un monstruo,
se parecía a un monstruo comeniñas porfiadas.
Me hubiera gustado hacerle boca,
hacerle dos filas de dientes para masticarte,
para quitarte esa nariz burlona que tienes tan llena de pecas feas.

2.
La sombra parecía un monstruo comeniñas y yo te dije, y le escribí el nombre encima a la foto que sacamos para que fuera un secreto nuestro de verano. A mí me gustan siempre los secretos compartidos, no sé si sabes en realidad, pero a ti te sobrán más los que se guardan de a uno. La sombra se movía de un lado a otro, pero sólo yo recordaba por qué motivos y razones.

3.
Cuando sonreías yo pensaba que tu boca se apretaba tanto que la U era pequeña como cuando dices UH y guardas los labios para no tropezar con ellos y parece que no tuvieras boca ninguna porque no hace falta la boca para decir la cantidad de cosas mentirosas que se te salen.

4.
Las niñas más bonitas siempre son las que tienen penas de llanto en la boca, y lápices de cera en las manos, y ojitos de araña en la cara que les trepan por las pecas como si fueran montañas llenas de piedras de sol.

III. Folio 2 - Lota (por San Pedro de la Paz a Concepción)

i.
Me he convertido en una de esas
que tienen la boca llena de pena,
que tienen dedos largos anudados
y ojos de serpiente que come animales de río

mis dedos se volvieron tan largos
ay, que ya se anudan manos y pies
mis ojos de araña se me hinchan,
me flotan sobre la cara perdidos y muertos


ii.
Me da lo mismo qué comer / siempre que me haga recordarte como chiste un rato.


iii.
Las niñas más bonitas siempre me parecieron las que tenían una pena de llanto. Algunas la tenían siempre en la boca, como una costrita, se la comían y la devolvían a ratos. El resto tenía una poca en los ojitos, donde se les caen las lágrimas a las demás. Atrás de los pelos que están en el camino que va de una ceja a la otra, aun con esa apariencia dibujada por lápiz de cera. La más bonita tenía la pena de llanto en la rodilla, con forma de hoyo: se pasaba una lana roja por entremedio de ella y sonreía apenas con dientes invisibles.


iv.
Andenes del 38 al 42
donde 42 se ha convertido en el número de la bestia.


v.
Me dan ganas de salir corriendo al calor que sea, de tomar vuelo, pero me quedo sentada escribiendo sin saber qué hacer. Hace un frío de la condenación en el camino, un frío al que parece no sobrevivieran ni las penas. Me quedo sentada sin saber más otra cosa que esperar un abrazo y tener una pena para congelar. Hace un frío del infierno en el sur, un frío al que pareciera no sobreviviera ninguna pena más que la mía.


vi.
Siento nostalgia de esos tiempos / en que tener corazónroto estaba tan de moda.

lunes, 9 de febrero de 2009

III. Folio 1 - Lota (por Concepción a Coronel)

i. (a Lota)

1.
Me he convertido en una de esas mujeres corrientes / que tienen penas de llanto / y vidas de sonrisa de lápiz.

De tanto comerse las lágrimas / se les olvida como llorar / pero cuando se acuerdan / se acuerdan.

2.
No puedo evitar creer / que merezco este viaje como nadie / y yo también me escapo / pero nadie puede lamentarme en la ciudad / del mismo modo en que yo lo lamenté a él.

Yo también me escapo / pero nadie se va en ésta conmigo.

3.
“Y en medio del pecho quedó un agujero / para que no se viera le puse el sombrero.”

Y me voy por detrás / en silencio / la boca abierta y callada / como para que no me veas nada.

Y yo que te deseaba mal / ruidosa a morir / ahora te deseo a secas.

III. El libro de viaje

El tercer cuaderno o Libro de viaje, fue titulado como tal el 3 de febrero del 2009, en el trayecto de un bus entre Concepción y Coronel. A diferencia de los dos cuadernos anteriores, este está hecho a modo de bitácora: los escritos, si bien guardan una relación mutua con un tema central de corte más bien introspectivo, están estrechamente ligados a la localización geográfica de la autora. Es con este fin que muchas de las entradas han sido tituladas específicamente como ciudades, lugares específicos o situaciones de tránsito propias de un viaje: el objetivo es conseguir un desplazamiento tanto en el lenguaje utilizado como en el relato en cuestión.

No hay una preferencia formal en este cuaderno, a diferencia de los anteriores, por un desarrollo de la poesía o la narrativa: los fragmentos se mueven tanto en el formato de cuento como en el epistolar, predominando una influencia de la corriente de pensamiento como medio de construcción de texto. La serie, en cambio, es un recurso que se vuelve transversal en la medida que ayuda a esta progresión conceptual. El viaje, si bien va en múltiples direcciones y diferentes escenarios, siempre tiene punto de origen y destino.

II. Folio 16 - Epílogo sin título (enero 2009)

i.

Y siempre tengo que bancarme / mis lágrimas sola / como si fueran algo incómodo / y nada elegante.

Llorar es de hecho / la incomodidad y la rotería misma.

ii.

A mí las lágrimas se me dan / con tanta naturalidad / como la tiza resulta en dibujos / como el azúcar resulta en mermelada / como sí.

Se me dan tan simples / que parece que ojos y boca / nariz y margaritas / hipos y grititos / fueran una orquesta en la lluvia / a punto de venirse abajo.

iii.

Si lo único que quiero / es que tenga piedad de mí / pero a cada que me descubro el rostro y se lo grito / él levanta los puños / y me cierra la boca.

iv.

Me gustaría ser algo más / que llanto y llantito / que caro y carito / pero es cuando pasa eso / que me siento menos armada / de mí misma / de lo que me permito andar.

v.

Oye / tomas la pastilla / y sí / la tomo / y ni falta que hace / por qué ni falta / porque no podemos tener hijos / porque no podemos tener nada más que esto / y esto es malo / y por qué no / porque Dios no da hijos a los infelices / y por qué es malo / porque no hay cosa más cruel / que mirarnos a la cara y no ver nada / porque nadie quiere venir aquí / a este lado de mi rostro / y darme algo que no cueste / y darme algo que pueda atorar / entre el pecho y la espalda.

domingo, 1 de febrero de 2009

II. Folio 15 - Los platos rotos (enero 2009)

i.
Mi vida está lo arruinada / como para que venga y me escupa en la cara / como para que me ignore con violencia / como para que me insulte y grite a mordidas / Está lo arruinada como para que me arroje de la mesa / como a una mosca muerta.

Mi vida está lo arruinada que haga falta / como para que la arroje al río y le tire una piedra / como para que le ate una cuerda al cuello / y termine por hundirla / así atrapada por el medio del cuerpo.


ii.
Y lloro estando sola / acompañada / con motivo / y sin razón alguna.


iii. (El amor para siempre le duró dos semanas)

El amor para siempre le duró dos semanas / y menos: / entre el 3 y el 14 hay sólo 11 días.

El amor para siempre le duró menos que a mí un paquete de toallas higiénicas / pero no dije nada / porque no quise que nadie más que yo / pagara los platos rotos.


iv.
Y no me entero de más hasta que estoy boca arriba / en el piso / y he llorado toda el agua que pueda salir por mis ojos / y he vomitado todo lo que ha entrado por mi boca / incluso eso / incluso la saliva y el aliento ajenos / y me ha venido el recuerdo de las palabras completas / sin cortes / y me he rendido a hipar como una loca / a caminar nublado y blando / y a que todos en la calle vean mis ojos de vidrio y sientan lástima / de tanta carolina que tengo encima.

sábado, 31 de enero de 2009

II. Folio 14 - Carta no enviada no. 3 (enero 2009)

Y está bien. Lo único que querías era acostarte conmigo y debí comprender antes que después de eso ibas a desaparecer como si la tierra te hubiera tragado. No es que me lo banque, por supuesto, pero puedo entenderlo con claridad. Yo sabía, cuando te abrí la puerta, que después de que te fueras no íbamos a vernos en un montón de tiempo. Mi cabeza, de hecho, decía nunca, nunca más, pero yo no pongo mucha atención a los pensamientos cuando son tan inconvenientemente absolutos. Incluso ahí, arrastrada entre las mordidas, yo quería seguirte viendo la próxima semana, la que venía después de esa y así. A pesar de las demasiadas palabras tontas que se te salían, ofendiéndome, yo tenía el plan trazado de antemano y ya nada podía llegar más allá de mi piel y de esa mañana. Tengo claro que el control era mío ese día como nunca lo había sido. El poder de las mujeres siempre está, en última instancia, en follar o llorar. El poder de acercar o alejar a las personas con un gesto tan vacío como el desnudarse. El poder de hacer sufrir a otros simulando autoflagelación. El poder, al fin y al cabo, de usar al cuerpo como llave maestra para solucionar todos los conflictos, para esconder todas las cosas que no pueden resolverse como gente civilizada, para engañar.
Las personas a las que les he contado no vieron nada lógico en mi manera de razonar, pero si te necesitaba fuera tenía que primero hacerte entrar: tenía que abrir las puertas de mi casa, abrir las piernas y dejarte ir como si fueras mierda que se va por el río cuando ya no es posible retenerla más. Te querías acostar conmigo, y así lo hicimos: nada mejor que hacerte el favor para que de una buena vez dejaras de estar escondido por mis rincones.
Yo te había dicho alguna vez antes que los besos que nos dimos siempre me sabían mejor a mí, que te quería más, pero la verdad es que en esos gestos artificiales de afecto la que más asco sentía era yo. Muchas gracias por darme el primer beso sin amor que me han dado, por meterte conmigo por primera vez sin ningún tipo de sentimiento y por la única palabra de afecto de todo el round: un por favor de tripas que casi te creo, y cuyo único objeto era conseguir que me la metiera en la boca como si te debiera algo más que estar ahí, en silencio. Como si estuvieras haciéndome a mí un favor aterrizado desde una nave espacial. Nunca pediste nada por favor y nunca fuiste primero en nada antes, está claro. Fuiste el primero en esas cosas, pero no sé si te darán orgullo como las que tanto ambicionabas cuando no decías tantas mentiras para salvarte el pellejo.
Aunque a las personas a las que les he contado no les pareció nada lógico, creo que conseguí que no te aparecieras más a arruinarlo todo. Aunque del proceso me queden las cicatrices de una que otra mentira creída a medias, desperté violentamente del mal sueño que teníamos como único punto de encuentro entre nosotros.