De tantas tragamonedas apenas sí se sabía qué había dentro de cada puerta. A simple vista no era posible distinguir entre la carnicería y la tienda de pantis tras la cortina de musiquita. La calle como un caminito de luces. La calle como Las Vegas en pobre.
Quién quiere tu suerte ahora. Dime quién.
de Lady Lazarus
Hace 1 año
0 investigadores:
Publicar un comentario