domingo, 17 de enero de 2010

iv. Folio 2 - El mediodía (martes 22 de septiembre)

1.
Estoy en un taxi todo lo nerviosa que puedo estar. Nerviosa absurda, porque no es nada mío lo que me causa el nervio. Pienso en que los taxis me siguen siendo extraordinarios y que no importa lo mucho que haya trabajado o estudiado, sigo siendo una huasa. Cuando mamá viene a Santiago anda con nosotros de arriba a abajo en taxi, como si nosotros fuéramos las visitas. Pienso que lo hace porque ella fue feliz en los taxis que tomamos hace años, con papá del brazo, para ir del centro a la casa como Dios manda. No importa si tomo el taxi en Santiago o en Estocolmo, me acuerdo siempre de las oncesitas de sandwiches en miniatura y de nosotros montados en auto de vuelta a casa a fin de mes. En realidad no sé si así sea, no he viajado nunca a ninguna parte, pero me resulta romántico creerlo así. De mis papás lo único que me queda son los recuerdos. Me quedo nerviosa pensando en que las manos se me van a atrofiar de tanto gastarse en absurdos de cuaderno minúsculo. Me quedo pensando en que estás en mi casa y voy a verte hoy,en que te sientas en mi balcón y tomas sol un rato, y sonríes, y la luz y el calor se te quedan pegados a tu cara alegre. A tu cabezapajarito del color más cálido que yo haya visto.


2.

Es bueno que esta libreta tenga un pajarito. Gracias Brava por favor concedido. Es de bolsillo y tiene un pajarito pechirrojo de patitas ágiles. Yo siempre te reconozco venir por como andas, por como parece que tuvieras el corazón distinto al del resto de la gente. Pienso en que escribes por Internet y yo voy en taxi, lejos de decirte que sí, que vengas a almorzar conmigo, que quiero que vengas a matarme las ganas de abrazo, que quiero morderte la rodilla y que me tires un mechón de pelo ahora corto y te rías. Aguanto comerme en soledad los recuerdos y las ansias en este taxi. Espero que en casa encuentres las lengüitas de gato y te hagas un arroz, una carne y una ensalada de lo que haya.


3.

El gato Cascarrabias fue empanada, fue fugitivo. Fue de muchos colores y ojos fijos, duros como piedrecitas. Cuando pasaste en la noche, fue yo escondida entre la maleza del antejardín. Cuando pasé yo, fue tú dormido sobre el capó del auto más viejo de la avenida. Menos mal que Cascarrabias pasó septiembre, o definitivamente nos veríamos mucho menos durante la semana.


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